
Es indudable que la tecnología está cambiando nuestra manera de trabajar. La conocida como 4ª revolución industrial ha supuesto la tecnificación de todos los procesos de trabajo. Los robots empiezan a realizar actividades que no son consideradas de valor añadido o donde el contacto humano sea prescindible. Aunque en Japón por ejemplo, se haya abierto una cafetería atendida completamente por robots. Nuestra esperanza no obstante, es que estos ejemplos no se generalicen, ya que en este caso, los usuarios se han quejado amargamente de la falta de atención y empatía por parte del servicio.
IOT (Internet of things) el internet de las cosas, amenaza con tenernos permanentemente conectados a todo tipo de dispositivos de manera que nuestra vida sea una prolongación de nuestra capacidad tecnológica.
Se habla incluso de una nueva industria productiva catalogable en función del grado de tecnificación de la misma. Lo que es indudable es que nos hemos virtualizado hasta el punto de que los espacios de trabajo ya no requieren presencia física o no al menos del 100% del tiempo. Algunas empresas como Automattic propietaria de esta plataforma desde la que escribo (WP), acaban de comunicar que renuncian a sus oficinas físicas por encontrarse la mayor parte del tiempo vacías.
Herramientas como Skype, Slack, Hangouts, ….. facilitan la comunicación pero son un arma de doble filo ya que al igual que el mail en sus primeros tiempos de no ser utilizadas de manera correcta se convierten en foco de problemas, mal entendidos y como veremos más adelante, de soledad real, no virtual.
Los primeros años de vida del email eran frecuentes los errores. No existía cultura de comunicación por esa vía y las dobles interpretaciones, las suposiciones y las suspicacias, estaban a la orden de día. En este sentido el exceso de texto, de los primeros emails tampoco ayudaba.
Respondiendo por tanto a la pregunta creo que en este contexto de digitalización el email no ha muerto, sino que se ha profesionalizado hasta el punto de ser una herramienta más de comunicación en las empresas coherente con su origen fundacional. Los correos físicos, cartas, eran comunicaciones unilaterales donde la respuesta no era esperada o al menos no lo era a corto plazo. El email cumple esa función, la de comunicar sin esperar respuesta inmediata, ya que en caso contrario precisaremos de herramientas de comunicación bi-direccional.
Finalmente y para darle un toque más humano a este post ya que para hablar de transformación digital hay gente mucho más experta que yo, diré que no debemos perdernos con tanta tecnología, en IBM los empleados llegaron a utilizar el acrónimo de la empresa para quejarse por su soledad (I am by myself) y eso a pesar de toda las herramientas de comunicación que disponían. Los seres humanos requerimos contacto, el roce hace el cariño y además alimenta nuestras almas. Los Robots no podrán tomar nunca ese espacio, no podrán tener alma, con lo que no podrán ser empáticos y satisfacer a unos clientes en una cafetería, por más que lo intenten.
Debemos buscar nuestro sitio en tareas de valor añadido. Se estima que el 75% de los empleos para los próximos 25 años están todavía por inventarse. No tengamos miedo al cambio, ni nos resistamos, es absurdo porque es imparable, adaptémonos buscando posicionarnos en aquellas actividades y sectores de desarrollo, donde nuestro “expertise” fundamentalmente como seres humanos, poseedores de emociones, nos haga insustituibles.
Termino con una cita y una reflexión . La primera de Einstein “temo el día que la tecnología sobrepase nuestra humanidad, el mundo sólo tendrá una generación de idiotas” La segunda de Twitter, ya que recientemente le pregunté a un ponente experto en inteligencia artificial, en unas jornadas de tecnología, al darme cuenta que su firma en Twitter era consciousrobots, ¿Puede realmente un robot tener conciencia? ¿yo tengo la respuesta, y tu?